Que viejos tiempos cuando….
Todas las
personas teníamos un fin común y todo era tan agradable, pues nadie faltaba a
los valores y todos los respetaban con
gran entusiasmo como un paso en su vida.
Aun recuerdo
mi vida en la infancia, se que ha pasado mucho tiempo, sé que mi familia todo
lo hacía por mi bien, ante un mundo nada rosa por enfrentar, todo tenía que ser
a ordenes de los padres los cuales me
ayudaron a superarme como un ser humano capaz de enfrentar la realidad. Por que
aprendí el respeto hacia mis mayores, el buen hábito del trabajo y
responsabilidad, el amor y la paz hacia las personas, la prudencia, la
disciplina, la humildad. En la actualidad nosotros somos los culpables, pues
perdimos la cordura y la cultura.
Ahora ya no son valores, son solo antivalores, en lugar de amar, nos armamos unos a otros en las guerras, nos hemos acostumbrado a tener todo fácilmente y no a trabajar por el bien de los demás y de sí mismo.
Ahora ya no son valores, son solo antivalores, en lugar de amar, nos armamos unos a otros en las guerras, nos hemos acostumbrado a tener todo fácilmente y no a trabajar por el bien de los demás y de sí mismo.
Hoy, todos
actúan sin pensar y al momento de las consecuencias nadie se hace responsable
de sus actos. No somos prudentes, pues nos hemos acostumbrado a ser el hombre
del mañana. En la disciplina, haces lo que quieres en todos lados y siempre
abusas de tus derechos diciendo puros pretextos y mentiras. El humilde ve las cosas como son, lo bueno como bueno, lo malo como
tal, en la medida en que un hombre va creciendo cada vez es más ignorante que
humilde. Hoy en día nadie nadie sabe
cuál es el valor de la vida, pues la confunden o no saben vivirla, pareciera
que todos creen que vivir la vida es convertirse en un adicto, algunos están
metidos en el alcohol, otros en las drogas y el tabaco, mientras que otros en
su trabajo, en la tecnología entre otras y no se dan cuenta de lo que tienen en
su entorno y así sin que se den cuenta tiene una vida artificial.
¡Que desperdicio de vida!
Aquí sentado observando mi alrededor he pensado: El tiempo ha cambiado, ya nadie
tiene respeto por los valores y hay que reconocer que nuestra generación es la presunta culpable de nuestra realidad, de la perdición de
nuestros hijos y todo por querer cambiar
la vida que antes teníamos, hoy me arrepiento de haber participado por
este cambio que no nos sirvió y que al contrario nos convirtió en algo peor.
Pienso que estamos a tiempo de cambiar
las cosas, a tener una vida mejor a
darle un valor nuevo a la vida del que le damos y para poder cambiar debemos de
empezar a cambiar como adultos que somos,porque los jóvenes ven y hacen el
ejemplo que les damos.